sábado, 16 de octubre de 2010

El Bulevard de las sonrisas macabras

Vive y deja morir, su vida se limita a seguir. Vivir y dejar morir. Que simple lección le enseñó la vida. Su madre vivió y murio por ello el capitalismo le abrió sus brazos y lo acunció con un tierno himno de sangre y horror. El primer martillo fue el de su padre puñaladas sin final, su pulso se acelerava. Por las calles la gente le mirava. Asesino le llamavan. Su vida cambiaba a cada paso que dava. Su camino se entrecruzava una y otra vez el mundo por el que vivia le matava por dentro una y otra vez, una y otra vez. Las guerras y su amor por la patria. La muerte no le interesava. Su pasion aumentava con las vidas que segava y se dió a conocer al mundo como patán y miserable dictador. Su papel ha sido recordado, para bien o para mal jamás será olvidado. Mira a su alrededor. Nada le sorprende, su respiracion no es ni la mitad de rápida que la traición que ha vivido, su admiración, la violencia en su corazón. Su lucha, su amor, todo cambió y finalmente muriço como todo victorioso luchador, torturado y asesinado. Fin de la leyenda de Musolini el dictador.