miércoles, 15 de septiembre de 2010

Ebrith sentía fuego en su corazón. Alguien había colocado una bomba en el y había pulsado el botón equivocado. Ese alguien hera draco. El fuego de su corazón se reflejava en sus ojos. Pasaron de ser verdes a carmesí. La cólera hizo mella en ella. Sus pulsaciónes se reelentizaron. Sónavan fuertemente y acompasadas. Tan solo voló hacia él, dispuesta a acavar con su vida. Torturarlo hasta que sus gemidos le produjesen dolor de cabeza. Delehitarse con su sangre. Draco cambió su expresión de golpe. Pensó. Esquivó su ataque, pero el pobre desgraciado que tenía detrás no lo vio venir. Ebrith ni se percató. Solo pensava en aniquilar a aquel deshecho.

Herase una vez...

Herase una vez un joven. Un joven enamorado, un joven desafortunado. Un día la primavera pasó a su lado y su gélido corazón cayó calzinado. Herase una vez un necio. Un necio estupido e insolente. Quien se acerca demasiado al sol se quema, ya lo dice la leyenda en todo el continente. Aquel necio jamás cantó otra canzión. Las espinas de esa rosa se le clavaron en su pequeño corazón. Un día un necio le preguntó a un sabio en que se había equivocado. Y el sabio le contestó: "Enamorarse es de necios, me lo dijo el más sabio de todos, el amor" LOL